Médicos Sin Fronteras es una organización médica y humanitaria internacional que aporta su ayuda a las víctimas de catástrofes de origen natural o humano y de conflictos armados, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política.
Médecins Sans Frontières (en francés) fue fundada en Francia en 1971 por un grupo de médicos y periodistas. Algunos médicos eran testigos del genocidio de la minoría Ibo, pues trabajaban en el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Este grupo se sentía frustrado ante la obligación de guardar silencio que exigía el CICR a sus miembros, sobre lo visto y hecho en Biafra.
Medicos Sin Frontera ArgentinaEl otro grupo de médicos acababa de llegar de socorrer a las víctimas de las inundaciones que asolaron Pakistán Oriental (actual Bangladesh). Se dieron cuenta de que, una vez finalizado el proceso de descolonización, el escenario internacional estaba en fase de transformación y se imponía adaptar la ayuda humanitaria a las nuevas necesidades. A partir de ese momento, atender a las víctimas no sería suficiente: habría que denunciar las violaciones de los derechos humanos, crear corrientes de opinión a través de los medios de comunicación y profesionalizar la ayuda.
Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1999. El comité Nobel de Noruega se lo concedió por ser pionera en el trabajo humanitario en varias localidades.Tambien ha ganado el Premio Principe de Asturias en 1991.
Actualmente, cuenta con casi 4 millones[1] de socios, dos mil voluntarios trabajando en programas humanitarios en setenta países y otros mil en labores administrativas. Previene y trata algunas enfermedades como la tuberculosis, el sida y la meningitis.
"Pastillas contra el dolor ajeno"
Germinal desarrolla para Médicos sin Fronteras una campaña solidaria basada en un "analgésico" que cura el dolor de los demás.
La campaña "Pastillas contra el dolor ajeno" surge a raíz de la colaboración entre Juan Carlos Tomasi -fotógrafo de la ONG Médicos Sin Fronteras- y Jorge Martínez -creador del ya extinto festival "Punto Aparte" y socio de la agencia de comunicación Germinal-. Y es que este último se impresionó tanto con los retratos de enfermos olvidados realizados por Tomasi que inició una investigación sobre tan dramática situación. En un estudio del año 2007 descubrió que de los diez medicamentos más vendidos en España, siete son para calmar algún tipo de dolor. Y entonces surgió la idea: ¿por qué no crear unas pastillas que pueda tomar la gente que sí tiene acceso a medicamentos y que sirva para curar las enfermedades de aquellos que no disponen de ellos? Así nació el concepto de "Pastillas contra el dolor ajeno" y la idea de crear un producto para su venta en farmacias: una especie de falso analgésico, que no cura nuestro dolor, sino el de los demás, y cuyos beneficios se utilizan para el diagnóstico y tratamiento de enfermos olvidados en países en desarrollo.
Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1999. El comité Nobel de Noruega se lo concedió por ser pionera en el trabajo humanitario en varias localidades.Tambien ha ganado el Premio Principe de Asturias en 1991.
Actualmente, cuenta con casi 4 millones[1] de socios, dos mil voluntarios trabajando en programas humanitarios en setenta países y otros mil en labores administrativas. Previene y trata algunas enfermedades como la tuberculosis, el sida y la meningitis.
"Pastillas contra el dolor ajeno"
Germinal desarrolla para Médicos sin Fronteras una campaña solidaria basada en un "analgésico" que cura el dolor de los demás.
La campaña "Pastillas contra el dolor ajeno" surge a raíz de la colaboración entre Juan Carlos Tomasi -fotógrafo de la ONG Médicos Sin Fronteras- y Jorge Martínez -creador del ya extinto festival "Punto Aparte" y socio de la agencia de comunicación Germinal-. Y es que este último se impresionó tanto con los retratos de enfermos olvidados realizados por Tomasi que inició una investigación sobre tan dramática situación. En un estudio del año 2007 descubrió que de los diez medicamentos más vendidos en España, siete son para calmar algún tipo de dolor. Y entonces surgió la idea: ¿por qué no crear unas pastillas que pueda tomar la gente que sí tiene acceso a medicamentos y que sirva para curar las enfermedades de aquellos que no disponen de ellos? Así nació el concepto de "Pastillas contra el dolor ajeno" y la idea de crear un producto para su venta en farmacias: una especie de falso analgésico, que no cura nuestro dolor, sino el de los demás, y cuyos beneficios se utilizan para el diagnóstico y tratamiento de enfermos olvidados en países en desarrollo.
Desarrollada por Germinal Comunicación, la campaña cuenta con una página web (msf.es/pastillascontraeldolorajeno), un conmovedor spot protagonizado por Luis García Berlanga y fotografiado por Javier Aguirresarobe, piezas para prensa y exterior, y campañas de mailing, street marketing y social media. Además, Canal+ ha realizado un documental de 30 minutos sobre la historia de esta campaña. Y por si todo esto fuera poco, personajes públicos de la talla de Andrés Iniesta, Andreu Buenafuente, Ferran Andrià, Alejandro Sanz y Eduard Punset, entre otros muchos, se han sumado a esta iniciativa solidaria y ya toman "la pastilla contra el dolor ajeno".
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