La nueva Pluma del Año 2010 de la línea Graf von Faber-Castell, se hace notar de inmediato por sus las piezas de metal endurecidas y los refinados grabados. Hasta el tardío siglo XIX, el proceso de endurecimiento de metal, era sinónimo de un buen fusil con inimitable coloración brillante que proporciona.
Como pocas veces visto, el proceso de producción de una de esta maravilla del arte.
Por siglos, esta técnica fue transmitida oralmente y constituía algo así cómo un arte secreto. Las piezas de metal generalmente se envuelven en cuero carbonizado y se calientan para convertir la superficie en acero; los finos detalles de color aparecen al enfriarlas. Sólo recientemente se ha descubierto que unos 20 parámetros contribuyen a este hermosos efecto visual, incluyendo el espesor del metal, la temperatura y el tiempo de enfriado. Con una larga experiencia, un artesano puede influenciar los resultados pero nunca predecirlos exactamente, de manera que no hay dos elementos endurecidos que sean idénticos.
La inspiración y el atractivo estético hacia la creación de la Pluma del Año 2010, deriva de algunos de los muy valiosos fusiles de caza hechos a mano, hace más de 200 años, así como de la irrenunciable conciencia de la calidad, el impulse innovador y el compromiso social de las generaciones que han llevado de la mano la base de la filosofía de la empresa familiar hasta el día de hoy. La misma es hoy dirigida por el Conde Anton W. von Faber-Castell, miembro de la octava generación de esta familia.
El carácter del elemento endurecido es enfatizado por un elaborado grabado y un enchapado de oro de 24 kilates colocado a mano. En la actualidad hay sólo uno pocos talleres tradicionales que puedan aplicar estas antiguas habilidades tal como lo demuestra la Pluma del Año 2010, que forma parte de la Colección Graf von Faber-Castell.
El material del cuerpo de la pluma se ajusta de lleno al requisito de exclusividad: se trata de la valiosa madera del nogal del Cáucaso, que resiste mejor a fuerzas de compresión y flexión que la madera de roble. Sin duda, es una madera ideal para la fabricación de elementos de escritura muy especiales, que dan además un aspecto con texturas finas pero muy marcadas.
Otra de las razones por la cual el nogal del Cáucaso produce una de las más valiosas maderas, es que las raíces deben ser extraídas, ya que los mejores diseños se encuentran precisamente ahí. La valiosa madera del cuerpo y las espléndidas partes de metal hacen de la Pluma del Año 2010, una pluma exclusiva e individual. La pluma bicolor de oro de 18 kilates se encuentra disponible en trazos F (fino), M (medio) y B (broad=ancho) y cada uno “ablandado” a mano. La sección trasera enchapada en platino protege el mecanismo del pistón sobre el cual cada pluma está numerada individualmente. La caja contiene una tapa hecha de madera de nogal, además de un certificado rubrica que la pluma con su grabado forma parte de una edición limitada de la Colección Graf von Faber-Castell.
La inspiración y el atractivo estético hacia la creación de la Pluma del Año 2010, deriva de algunos de los muy valiosos fusiles de caza hechos a mano, hace más de 200 años, así como de la irrenunciable conciencia de la calidad, el impulse innovador y el compromiso social de las generaciones que han llevado de la mano la base de la filosofía de la empresa familiar hasta el día de hoy. La misma es hoy dirigida por el Conde Anton W. von Faber-Castell, miembro de la octava generación de esta familia.
El carácter del elemento endurecido es enfatizado por un elaborado grabado y un enchapado de oro de 24 kilates colocado a mano. En la actualidad hay sólo uno pocos talleres tradicionales que puedan aplicar estas antiguas habilidades tal como lo demuestra la Pluma del Año 2010, que forma parte de la Colección Graf von Faber-Castell.
El material del cuerpo de la pluma se ajusta de lleno al requisito de exclusividad: se trata de la valiosa madera del nogal del Cáucaso, que resiste mejor a fuerzas de compresión y flexión que la madera de roble. Sin duda, es una madera ideal para la fabricación de elementos de escritura muy especiales, que dan además un aspecto con texturas finas pero muy marcadas.
Otra de las razones por la cual el nogal del Cáucaso produce una de las más valiosas maderas, es que las raíces deben ser extraídas, ya que los mejores diseños se encuentran precisamente ahí. La valiosa madera del cuerpo y las espléndidas partes de metal hacen de la Pluma del Año 2010, una pluma exclusiva e individual. La pluma bicolor de oro de 18 kilates se encuentra disponible en trazos F (fino), M (medio) y B (broad=ancho) y cada uno “ablandado” a mano. La sección trasera enchapada en platino protege el mecanismo del pistón sobre el cual cada pluma está numerada individualmente. La caja contiene una tapa hecha de madera de nogal, además de un certificado rubrica que la pluma con su grabado forma parte de una edición limitada de la Colección Graf von Faber-Castell.
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