Vienen con un software especial que identifica sexo, etnia y edad de los transeúntes. Con esos datos, les ofrece avisos de productos a medida. Ya los están probando en centros comerciales del Japón.
En Japón, una profecía de ciencia ficción se hace realidad: están siendo probados los primeros carteles digitales a la medida de los compradores que pasan.
En el filme de ciencia ficción Minority Report de Steven Spilberg, un comercial interactivo le grita al personaje de Tom Cruise, "John Anderton, ¡lo que necesitas es una Guinness!" – después de identificarlo monitoreándole el iris. En Japón, esta profecía de ciencia ficción se está haciendo realidad: se están probando en centros comerciales los primeros carteles digitales hechos a medida de los compradores.
Producida por el gigante de la electrónica NEC, la señalización comercial utiliza software de reconocimiento facial y puede identificar el sexo del comprador o la compradora (con un 85-90% de exactitud), la etnia y la edad aproximada. Con atractivos obvios para los comerciantes, luego pueden dirigirse a los potenciales clientes con avisos de los productos apropiados – perfumes para las mujeres, por ejemplo.
Por ahora quedan reservados para el futuro los avisos individuales específicos como el de Minority Report, pero sí existe el potencial de que el software mida la distancia entre rasgos – un aspecto distintivo de nuestro rostro que no cambia con disfraces ni con la cirugía siquiera – y luego encontrar un equivalente en una base de datos en menos de un segundo. Los paneles de avisos hasta ahora han generado poca preocupación en Japón, donde es menor la sensibilidad a que las grandes empresas controlen a los ciudadanos; de todos modos, NEC proyecta ahora presentarlos en el exterior, y es posible que los consumidores occidentales sean más resistentes.
"No esperamos que el cartel nos mire, pero eso es exactamente lo que está pasando ahora", dice Marc Rotenberg, director del Centro de Información sobre Privacidad en Electrónica (EPIC), un centro de investigación con sede en Washington que se ocupa de proteger la intimidad. "Cada vez las empresas están más impacientes por llegar a nosotros, y en cuanto estas prácticas se vuelvan comunes será difícil revertirlas".
Pero NEC insiste en que no hay nada que temer: "Como nuestro sistema no almacena imágenes – sólo almacena los resultados analizados (edad y sexo de la persona) en base a esas imágenes – consideramos que no hay un problema de privacidad".
Además de avisos en 3-D al estilo Blade Runner, Tokio ahora también tiene una máquina expendedora equipada con cámara que sugiere bebidas a los consumidores según su edad y género. También son tenidas en cuenta las condiciones meteorológicas y la temperatura.
Producida por el gigante de la electrónica NEC, la señalización comercial utiliza software de reconocimiento facial y puede identificar el sexo del comprador o la compradora (con un 85-90% de exactitud), la etnia y la edad aproximada. Con atractivos obvios para los comerciantes, luego pueden dirigirse a los potenciales clientes con avisos de los productos apropiados – perfumes para las mujeres, por ejemplo.
Por ahora quedan reservados para el futuro los avisos individuales específicos como el de Minority Report, pero sí existe el potencial de que el software mida la distancia entre rasgos – un aspecto distintivo de nuestro rostro que no cambia con disfraces ni con la cirugía siquiera – y luego encontrar un equivalente en una base de datos en menos de un segundo. Los paneles de avisos hasta ahora han generado poca preocupación en Japón, donde es menor la sensibilidad a que las grandes empresas controlen a los ciudadanos; de todos modos, NEC proyecta ahora presentarlos en el exterior, y es posible que los consumidores occidentales sean más resistentes.
"No esperamos que el cartel nos mire, pero eso es exactamente lo que está pasando ahora", dice Marc Rotenberg, director del Centro de Información sobre Privacidad en Electrónica (EPIC), un centro de investigación con sede en Washington que se ocupa de proteger la intimidad. "Cada vez las empresas están más impacientes por llegar a nosotros, y en cuanto estas prácticas se vuelvan comunes será difícil revertirlas".
Pero NEC insiste en que no hay nada que temer: "Como nuestro sistema no almacena imágenes – sólo almacena los resultados analizados (edad y sexo de la persona) en base a esas imágenes – consideramos que no hay un problema de privacidad".
Además de avisos en 3-D al estilo Blade Runner, Tokio ahora también tiene una máquina expendedora equipada con cámara que sugiere bebidas a los consumidores según su edad y género. También son tenidas en cuenta las condiciones meteorológicas y la temperatura.